jueves, 20 de diciembre de 2007

SILVA RENARD, UN FALSO HEROE EN LA HISTORIA DE CHILE

Iquique 13 de Diciembre de 2007.

Al Señor:
José Goñi Carrasco
Ministro de Defensa Nacional.-


El próximo 21 de Diciembre se conmemoran los cien años de la matanza de la Escuela Santa María en Iquique. Este hecho, que constituyó la primera división entre los chilenos, siempre se ha soslayado, incluso en nuestra historia reciente.
La huelga no violenta de los trabajadores del salitre en que exigían reivindicaciones salariales, educacionales, de seguridad laboral y de control de las pulperías, fundamentalmente, fue repelida brutalmente por las fuerzas armadas chilenas, matando a obreros, sus mujeres y niños, sin existir la menor provocación.

El General Roberto Silva Renard, Oficial de Ejército que ya había derramado sangre chilena de obreros en Valparaíso y en las sangrientas batallas de Con- Con y Placilla de la revolución de 1891, ordenó abrir fuego de metralla contra los huelguistas que atiborraban la Escuela Santa María. No tenía orden superior , sino la incapacidad de enfrentar esa situación, pudiendo, con su fuerza apostada haber efectuado otras maniobras para desalojar a los huelguistas.
Esta vileza, conocida mejor en el extranjero que en Chile, ha sido históricamente ocultada, no enseñada ni rememorada en nuestro país, quizás por su brutalidad que no tiene una explicación racional.

El General asesino posteriormente asumió funciones diplomáticas, fue director de Famae y finalmente murió en Valparaíso .Sus funerales fueron fastuosos. Se le rindieron grandes honoras militares en Santiago. Además se lo honró dándole su nombre, al Regimiento de Artillería Nº 3 de Concepción.

En conmemoración de los cientos de personas inocentes muertas por ese General es que solicito a Ud. borrar su nombre de unidades del Ejército, aunque, habiendo desaparecido el citado Regimiento, aún el Grupo de Artillería del nuevo Regimiento “Chacabuco”lleva el nombre del asesino.

Lo saluda atentamente,

Dr. Jorge Soto Silva

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Sr. Soto:

Permitame felicitarlo por su notable aporte a este foro. En la ciudad de Concepcion son muchos los que, como Ud., han reclamado porque un regimiento lleve el nombre de uno de los asesinos mas grandes y crueles que recuerde nuestra historia.
Sin duda, su articulo engrandece su persona y su reconocido prestigio como hombre serio y responsable.

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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puebloppd dijo...

Estimad@s Compañer@s de la Fenats Iquique :
Junto con felicitarlos por su blog, les cuento que subí su artículo como comentario en el mío, ya que en el surgió la inquietud del la permanencia del nombre del asesino Silva Renard en el Regimiento de Concepción.
Desde Santiago grandes abrazos alegres, fraternos y por cierto rebeldes !!!

Valeria Bustos Arriagada
puebloppd@gmail.com

Unknown dijo...

Soy peruano y tengo una forma regularmente distinta de mirar la historia entre nuestros paises. Creo que el episodio de Iquique confirma la idea de que la historia de los pueblos es distinta a la historia oficial de los paises, los pueblos se abrazan aunque los gobiernos se hagan la guerra. Este escrito de Eduardo Galeano, me pareció representativo de mi parecer.
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21 de diciembre de 1907
Iquique
Banderas de varios países

encabezan la marcha de los obreros del salitre, a través del cascajoso desierto del norte de Chile. Miles de obreros en huelga y miles de mujeres y niños caminan hacia el puerto de Iquique, coreando consignas y canciones.

Cuando los obreros ocupan Iquique, el ministro del Interior dicta orden de matar. Los obreros, en continua asamblea, deciden aguantar a pie firme y sin arrojar ni una piedra.

José Briggs, jefe de la huelga, es hijo de un norteamericano, pero se niega a pedir protección al cónsul de los Estados Unidos. El cónsul del Perú intenta llevarse a los obreros peruanos. Los obreros peruanos no abandonan a sus compañeros chilenos. El cónsul de Bolivia quiere salvar a los obreros bolivianos. Los obreros bolivianos dicen:

—Con los chilenos vivimos, con los chilenos morimos.

Las ametralladoras y los fusiles del general Roberto Silva Renard barren a los huelguistas desarmados y dejan el tendal.

El ministro Rafael Sotomayor justifica la carnicería en nombre de las cosas más sagradas, que son, en orden de importancia: la propiedad, el orden público y la vida.